¿Quién es Rafael Moura, el fotógrafo detrás de nuestra story en Río?
Un frasco en forma de manzana en tono amarillo muy vivo, rayas que evocan las sombrillas que inundan las playas, aromas frescos y etéreos que recuerdan a la crema batida, la mandarina y la gardenia... Nina Soleil, la nueva esencia de Nina Ricci es una hespéride oriental que exalta la alegría de vivir y la luz de los días soleados. Una alegría y una luminosidad que el fotógrafo brasileño Rafael Moura capturó en las calles de Río de Janeiro.
En el centro de las perfectas curvas de las creaciones arquitecturales deOscar Niemeyer, modelos vestidas con coloridas y gráficas creaciones de la casa Nina Ricci se amparan sin recelo del agua floral y afrutada. De este encuentro entre el universo del perfume, las obras de arte urbanas y el exaltado alma de Río de Janeiro, nace una atmósfera lúdica y única en donde el sol ilumina cada plano de su calor incandescente.
Para celebrar la presentación de Nina Soleil, hemos preguntado al brillante artista que se esconde detrás de esas imágenes vibrantes si nos puede contar más cosas sobre sus compromisos, su amor por el mar y su definición de foto perfecta.
¿Cuándo ha comenzado la fotografía y qué le gusta inmortalizar?
Empecé a hacer fotos muy joven con la cámara analógica de mi padre. Lo hacía como pasatiempo. Hace unos once años, me lo tomé en serio y creo que la foto «Anak di Bali», que significa «Niño de Balí» fue la primera foto que hice que tuvo algo de impacto. Mis temas fotográficos preferidos son la gente y la naturaleza. Puedo hacer fotos de grandes ciudades como Nueva York, París, Río de Janeiro…pero también del mar de Hawái, de la selva africana o de los fiordos de Noruega.
Me gusta conectarme con las personas y con los lugares en los que estoy y capturar escenas y situaciones auténticas de esos seres humanos en su entorno, de forma natural. Mi concepto consiste en mostrar siempre «el mundo real» en mis imágenes e integrarlo en diferentes temas como la moda, el periodismo, el documental, el surf, los paisajes o los retratos.
¿Qué es lo que más le inspira?
El mar ocupa un lugar especial en mis fotos. Soy un hijo de la playa. Nacido y criado en Río de Janeiro.
He vivido en sitios como la Côte d'Or en Australia, en Balí en Indonesia o en el Algarve, en Portugal. También pasé algún tiempo en Hawái y viajé a las islas Galápagos, en el Mediterráneo. Soy un apasionado del surf y del submarinismo libre. A veces paso horas nadando con delfines u observando tiburones, orcas, leones de mar, como en mi reciente viaje a las islas Galápagos, para realizar un cortometraje documental.
También me gusta filmar a los surfistas admirando cómo rompen las olas. Estar en el agua es una forma de libertad. No existe nada mejor que eso. ¿Mis otras inspiraciones? La naturaleza, la gente, la moda, el diseño, la música, las películas, la arquitectura, los animales, los libros... todo el arte. Me inspiro de cualquier cosa y creo a partir de mi propia visión del mundo. ¿Mi lema? Piénsalo, siéntelo, hazlo.
¿Cuál es su definición de una buena fotografía?
Con la popularización de la fotografía gracias a las redes sociales, estamos acostumbrados a ver fotos sin sentido. Sin embargo, mi padre siempre me dijo que las imágenes tenían que contar una historia. Según mi visión creativa, deben tener un alma, un significado, transmitir un mensaje. Puede tratarse de un mensaje que inspire algo o que sensibilice.
La foto es una manera de expresar ideologías o un punto de vista, a través de emociones, sentimientos y sensibilidad. Las fotos deben utilizarse con fines de libertad de expresión, de opiniones políticas, para explicar situaciones, convertirse en la voz de los excluidos o transmitir una agitación. De ahí viene mi pasión por la fotografía periodística y documentalista.
¿Por qué prefiere la fotografía analógica?
La belleza de la fotografía analógica reposa en la capacidad que el artista tiene para crear una imagen intencionada, real y auténtica. La película te enseña a estar en la intención, no solo con el tema, sino que también con el contenido, con lo que creas. Cuando entiendas cómo la película puede utilizarse para crear esta emoción y cómo puede reflejar la relación que tienes con tu tema, podrás sentir realmente lo que él siente.
Creo que solo lo analógico posee la capacidad de capturar una emoción pura y bruta. Te concentras siempre en la siguiente foto en vez de mirar la que acabas de hacer. Y la anticipación, nacida de la espera del desarrollo de los rollos de películas crea emoción. Para mí es mucho mejor que ver las fotos de forma instantánea.
Durante esta espera rodeada de misterio, aparecen grandes esperanzas e inquietudes. No somos capaces de acordarnos de forma precisa de todo lo que hemos fotografiado.
¿Cuáles son los lugares más bellos para fotografiar en Río de Janeiro?
La playa. A los cariocas, es decir, los habitantes de Río de Janeiro, les encanta la playa. Forma parte de nuestra cultura. Pasamos todo el día en la playa y admiramos las puestas de sol como si se tratase de un gran concierto. Si bien aún hay algo de discriminación, las extensiones de arena siguen siendo la zona más democrática de nuestra ciudad. Ahí es donde podrás ver a un ejecutivo jugar al futvóley al lado de un niño que vende cocos para ganarse la vida. O niños de las favelas de Cantagalo surfeando las mismas olas que los ricos de Ipanema o del barrio del Arpoador. Todos ellos comparten el mismo entorno.
Cuenta Instagram de Rafael Moura: